Año obra: –

Año proyecto: 2024

Estado: Concurso

Localización: Avenida de Miraflores, 12. 41008 Sevilla

Promotor: Gerencia de urbanismo y medio ambiente de Sevilla

Arquitecto: Pablo M. Millán Millán; Bm2 arquitectos

Colaboradores: Javier Serrano Terrones (Aparejador); Francisco Duarte Jiménez (Estructura); Enrique Sánchez-Molina Verdú (Ingeniero); María Isabel Alba Dorado (Arquitecta); Israel Sousa López (Museografía); David Vera García (Arquitecto); Celia Chacón Carretón (Arquitecta); Cristian Castela González (Arquitecto); Gabriele Giunchiglia (Arquitecto).

Construcción: –

Cuando Hernán Ruiz (el viejo) plantea la intervención en la Mezquita-Catedral de Córdoba, tal como subraya Rafael Moneo en su libro La vida de los edificios, consigue encajar un proyecto tomando prestados todos los condicionantes que identificaba la importante estructura del templo andalusí.

Sin renunciar a nada consigue subrayar la isotropía de la planta, el acceso original, el módulo repetitivo… en definitiva, insertando un templo renacentista consigue dar la dimensión original al templo omeya hispanomusulmán.

La mezquita, al igual que el importante “templo” que configura el complejo de la Fábrica de Vidrio, parte de una importante estructura, con una consolidada dirección, con un marcado ritmo y estrategia de ocupación en el territorio, con una estructura nítida y con unos crecimientos y añadidos lógicos por la demanda de espacio (al igual que ocurre en el templo andalusí). Todo ello crea una planta sincronizada con la lógica fabril. El proyecto que prevemos desarrollar parte de un estudio que, al igual que Hernán Ruiz, busca intervenciones puntuales, quirúrgicas, con el fin de potenciar los elementos y recorridos originales. Así, al igual que la intervención renacentista que vuelve a abrir las puertas almohades, recupera la direccionalidad y organiza cada ámbito en función del uso que en él se ubica, al proyecto para la recuperación de la fábrica de vidrio prevé limpiar los elementos disonantes, recuperar accesos y recorridos, distinguiendo el carácter de cada uno de los espacios y, desde la complejidad que encierra el conjunto, pormenorizadamente dotar a cada ámbito de la componente que lo singulariza. Recogiendo una frase de Gabriel Ruiz Cabrero (actual conservador) sobre la Mezquita-Catedral de Córdoba “todos sabemos que el conjunto está formado de partes, muchas partes de épocas muy diferentes, pero este espacio tiene tanta fuerza, que la experiencia unifica cada una de ellas en un único sentimiento de asombro, de arquitectura”. Pues al igual que Ruiz Cabrero, pretendemos con la intervención coser el espacio respetándolo la individualidad, garantizando esa rica experiencia unitaria que confieren arquitecturas singulares como la de la Fábrica de Vidrio.

La propuesta interviene lo mínimamente necesario (una vez resueltas las patologías del conjunto) para hacerlo accesible y dotarlo de la versatilidad que el programa requiere. Los elementos patrimonialmente protegidos se mantienen prácticamente inalterados y el mismo proceso aplicamos en el resto del conjunto fabril. Entendemos que el espacio se entiende no desde las individualidades de las naves, sino desde el contexto patrimonial completo.