UNA ARQUITECTURA PARA UN MONUMENTO
Monumento Alharilla. Porcuna
Más info

Año obra: 2017

Año proyecto: 2017

Estado: Construido

Localización: Plaza de Andalucía s/n. Porcuna (Jaén)

Promotor: Ilustre Ayuntamiento de Porcuna. Cofradía de Ntra. Sra. De Alharilla

Arquitecto: Pablo M. Millán Millán

Colaboradores: Javier Serrano Terrones (Arq. Técnico); Javier Bengoa Díaz (Estructuras); Francisco Aguilera Casado (Cantero); Manuel López Pérez (Escultor); Tecnisondeos (Geotecnia).

Construcción: Ilustre Ayuntamiento de Porcuna

La ubicación elegida lo sitúa en un entorno amplio entre dos plazas, la Plaza de Andalucía y la Plaza de la Paz. Un espacio de estas dimensiones requiere de una importante escala que subraye su presencia en un contexto tan abierto como este. La plaza es sin duda el lugar más relevante de nuestro pueblo. Frente a la Parroquia y al Ayuntamiento, se constituye en paso casi obligado en el día a día de los porcuneros. Por eso, ubicar aquí a nuestra patrona nos ayudará a tenerla más presente aun si cabe. 

Su diseño responde a la tipología monumental de triunfo, y representa a escala real una columna romana de estilo corintio hallada en las excavaciones de San Benito y cuyo capitel se custodia en el museo arqueológico. Dado que el monumento reproduce de forma canónica un elemento arquitectónico clásico, todas las medidas vienen determinadas y se han llevado a cabo de forma estricta. Buscar la referencia patrimonial en un monumento en Porcuna es casi de obligado cumplimiento y creo que con la reproducción de este elemento arquitectónico así queda de manifiesto. 

El material empleado para su construcción es la piedra y el bronce, dos elementos que han estado presentes en la arquitectura monumental desde la antigüedad. Es importante observar cómo la vejez de ambos materiales de forma conjunta, no solo no resta valor sino que, todo lo contrario, acentúa su propia estética monumental. Por todo esto, su puesta en obra nos permite hablar de trascendencia en el tiempo, ya que su durabilidad garantiza su presencia, como dice el salmo, «por años sin término».